Dia 1

Al habla Rita (yo estoy ocupada descansando ^..^)

5:00AM: Después de muchas horas debajo de la cama sin querer moverse, unas orejitas triangulares salen del escondrijo y recorren la casa entera en misión de reconocimiento. Hurga todos los rincones en su primer recorrido a solas, protegida por la oscuridad de la noche y de los mirones furtivos…., aunque éstos se despiertan al oír una especie de rascado: acababa de obrar y estaba removiendo su arena.

Al rato, un pelaje viviente se refriega contra un brazo, con un cálido ronroneo que musita: está pieza es mía. Marcada! Propiedad!. Se va. Sigue a tientas en la oscuridad del salón y ya no se le siente más. No obstante, permanecemos intranquilos al saberla vagar a solas por ahí

7:00 AM: Hora de levantarse para ir a trabajar. La gata no aparece por ningún lado, el amo desesperado va a despertarme ¿Cómo le digo ahora a Marta que la hemos perdido? ¡Pero si no hay ninguna ventana abierta! ¡Es imposible! ¿combustión espontánea? Me levanto y voy a buscarle, en efecto ha desaparecido…! ¡terror!

Un ruido apenas audible se escucha, una patita blanca asoma por detrás de las cajas donde guardo mis joyitas, cajas de latón, cartón, de distintos tamaños, un lugar inverosímil, nada cómodo, pero la contorsionista por alguna razón encontraba acomodo allí y nos observaba con absoluta indiferencia.

9:00 AM: Desde hace mucho rato no se la siente. La busco, perdida de nuevo…¡oh no! La encuentro: dentro de la caja de arena…. Reposando. ¡No entiendo! Si ya hay caca allí! La saco. Vuelta al cojín bajo la cama.

Es tan hermosa..! ¿será esto lo que se siente al dar a luz? ¿Una inenarrable sensación de ternura y exaltación?...¿o es que definitivamente nos ha robado el espíritu?

9:05 AM: No necesita nada de mí, creo que voy a volver a dormir, necesito recuperarme del madrugonazo.

Hasta otra.

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La volví a encontrar dentro de la caja de arena. Mensaje subliminal: necesito un escondrijo. Así que he ido a comprarle un rascador con cueva, le he metido su ratón y su mantita dentro, entró, probó y salió. Ha vuelto a esconderse entre mis cajas y allí ha permanecido lo menos dos horas.

Acepta muy bien los mimos cuando nos acercamos a ella, no huye, disfruta y ronronea, jamás embiste, ni chilla, ni muestra el más mínimo gesto de agresividad, pero nos deja saber que aún es muy tímida. No la quiero agobiar tampoco, aún es pronto, así que la dejo que esté como quiera. Le he vuelto a poner el cojín con la mantita debajo de la cama y allí ha pasado toda la tarde sin chistar. He podido hacer la siesta ahora y ella ahí tranquilita debajo de mi. Cuando me asomo desde arriba y cae mi pelo por debajo, eso si la llama la atención, ¿qué es esa cortina de caracoles negros? Jejeje!

Pienso que quizá se ha visto, aparte de en un sitio nuevo con extraños, en un lugar con pocos sitios donde guarecerse , como tenemos pocos muebles y mucho espacio abierto, de alguna manera se siente desprotegida, por eso busca los rincones donde se siente más a salvo. Por tanto, no la voy a dar prisas tampoco, es una gata muy buena, en cuánto se tranquilice y sepa que se quedará, se abrirá.